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Thursday, May 04, 2006

20-03-05 Apuntes sobre la Excomunion Masonica (Hno. Castelli)

A.L.G.D.L.M.U.
Oriente Bs.As.
20 de marzo de 2005
Plancha Titulada:
APUNTES SOBRE LA EXCOMUNION MASÓNICA

V. Maestro:
Qeridos
Hnos. Todos:
El trabajo que presento y está a vuestra consideración, lo he titulado: "APUNTES SOBRE LA EXCOMUNION MASONICA".

El cristianismo sostuvo desde sus orígenes la idea de que todos los hombres eran iguales ante Dios, el padre creador; sin embargo la consolidación de las monarquías y su estrecha alianza con las altas autoridades de la iglesia dan cuenta de la enorme injusticia social que creaba una desigualdad cada vez mayor entre realeza y súbditos. No es un hecho casual que hubiera reyes, príncipes y altas autoridades religiosas a las que se distinguía como príncipes de la iglesia. Por lo tanto esa igualdad que la iglesia pregonaba en palabras, era desmentida en los hechos, y el Vaticano termino siendo aliado, de los gobiernos mas absolutistas y opresores.

En este contexto y para luchar contra ello surge la masonería, como una corriente de pensamiento

FILOSOFICA

FILANTROPICA y

PROGRESISTA

cuyos principios: Libertad, Igualdad y Fraternidad y sus lemas: Ciencia, Justicia y Trabajo, no hacen otra cosa mas que producir temor y desconfianza en los círculos de poder monárquicos y eclesiásticos.

Este temor y esta desconfianza se profundiza, cuando la masonería empieza a demostrar con”hechos” y no solamente con palabras, que esta dispuesta a luchar por sus principios con acciones claras y concretas, es por eso que lo inevitable sucede, con la bula IN EMINENTI promulgada el 28 de abril de 1738 por el papa Clemente XII , se decreta expresamente la excomunión automática contra los católicos que ingresen a la masonería, al año siguiente esta bula es convalidada por el Edicto del Secretario de Estado del Vaticano, el Cardenal Firrao para los Estados Pontificios , promulgado el 14 de enero de 1739; y comienza de este modo una de las mayores

persecuciones que haya realizado la iglesia católica apostólica romana en sus dos mil años de historia; la persecución de la Masonería.

Las consecuencias de la excomunión incluían, por ejemplo, la privación de la sepultura eclesiástica y de cualquier misa exequial, de ser padrinos de bautismo, de confirmación, de no ser admitidos en el noviciado, y el consejo -en este caso a las mujeres- de no contraer matrimonio con masones, así como la prohibición al párroco de asistir a las nupcias celebradas por un masón.

En la bula citada "In eminenti apostolatus specula" del Papa Clemente XII, la iglesia se pone en guardia contra la naciente masonería a la que ve como substitutiva de lo que para ella seria, un auténtico ecumenismo. Esta es la encíclica que mas habla acerca de la “masonería” a la cual critica profusamente, he tenido acceso a la misma y he leído detenidamente y puntillosamente tales criticas. Confieso que después de leerlas me he sentido mas orgulloso que nunca de ser masón, puesto que tales criticas a la masonería, son tan irascibles, infundadas, e ilógicas, que se aproximan mas a verdaderos “insultos” y “maldiciones” que a razonables y fundadas criticas.

Más tarde, León XIII, en su encíclica "Humanum genus", de 20 de abril de 1884, calificaba a la masonería como organización secreta, enemigo astuto y calculador, negadora de los principios fundamentales de la doctrina de la Iglesia.

La Iglesia católica ha condenado y desaconsejado a sus fieles la pertenencia a asociaciones que se declaraban ateas y contrarias a la religión, o que podían poner en peligro la fe. Entre estas asociaciones para la Iglesia se encontraría la masonería; según estadística extraída de fuentes oficiales del Vaticano, y confirmado por autores de tendencia “antimasónica” y ultra clericales hay aproximadamente 586 intervenciones del Magisterio de la Iglesia en relación a la masonería.

La más significativas son: (aproximadamente 17 encíclicas y bulas emitidas entre 1738 y 1890)

Clemente XII, Const. "In Eminenti", 28 abril, 1738;

Benedicto XIV, "Providas", 18 mayo, 1751;

Pío VII, "Ecclesiam", 13 septiembre, 1821;

León XII, "Quo graviora", 13 marzo, 1825;

Pío VIII, Encycl. "Traditi", 21 mayo, 1829;

Gregorio XVI, "Mirari", 15 agosto, 1832;

Pío IX, Encycl. "Qui pluribus", 9 noviembre, 1846;

Pío IX, Alloc. "Quibus quantisque malis", 20 abril, 1849;

Pío IX, Encycl. "Quanta cura", 8 diciembre, 1864;

Pío IX, Alloc. "Multiplices inter", 25 septiembre, 1865;

Pío IX, Const. "Apostolicæ Sedis", 12 octubre, 1869;

Pío IX, Encycl. "Etsi multa", 21 noviembre, 1873;

León XIII, Encycl. "Humanum genus", 20 abril, 1884;

León XIII, "Præclara", 20 junio, 1894;

León XIII, "Annum ingressi", 18 marzo, 1902 (en contra de la Francmasonería italiana);

León XIII, Encycl. "Etsí nos", 15 febrero, 1882;

León XIII, "Ab Apostolici", 15 octubre, 1890.

Esta turbulenta relación entre Masonería e Iglesia Católica, puede dividirse en cuatro etapas:

Primera Etapa: (o ETAPA DE CONDENA Y PENA AUTOMATICA): Del 1738 al 1902. Se Destacan la carta apostólica de "In eminenti..." y la encíclica "Humanum genus" publicada por el Papa León XIII en 1884, ella ha sido la base de las condenas masónicas.

Segunda Etapa: (o ETAPA DE CONDENA Y PENA PLASMADA EN LEGISLACION): Del 1903 al 1962: (Desde Pio X hasta la apertura del Concilio Vaticano II)

Antes las condenas a la masonería estaban dispersas en diversos documentos y muchas veces había contradicciones sobre la interpretación de los mismos, ahora condena y pena estaban plasmadas en el documento mas importante que haya emanado alguna vez de la iglesia. La condena aparece sobre el Codex Iuris Cononici (comúnmente llamado Código Canónico) del Papa Benedicto XV de 1917, ahí el canon 2335, art. 247 condena a la masonería diciendo textualmente "……los que dan su nombre a la secta masónica, o a otras asociaciones del mismo género, que maquinan contra la Iglesia o contra las potestades civiles legítimas, incurren ipso facto en excomunión simplemente reservada a la Sede Apostólica". Es decir la pena de excomunión no era automática era "latae sententiae" es decir cada caso especial debería ser juzgado por el Vaticano. Se estableció además una pena especial para los clérigos y religiosos en el canon 2336 con gravísimas penas tales como la expulsión definitiva de la iglesia. Luego se produjo la ulterior confirmación de este canon por Juan XXIII en 1960, papa del que se ha dicho siempre que era el mas progresista de todos los tiempos, y que inclusive se lo ha vinculado con la masonería.

Tercera Etapa: (o ETAPA DEL SILENCIO): De 1963 a 1981 caracterizada por el silencio del Vaticano, este periodo comprende la totalidad del papado de Pablo VI , ( papa al que muchos autores al igual que a Juan XXIII, es vinculado a la masonería), y los primeros años de papado de Juan pablo II). A partir de la celebración del Concilio Vaticano II, un incipiente diálogo entre masones y católicos hizo que la situación comenzara a cambiar. Algunos Episcopados (de Francia, Países Escandinavos, Inglaterra, Brasil o Estados Unidos) empezaron a revisar la actitud ante la Masonería. En una carta de 19 de julio de 1974. emitida por la Congregación para la Doctrina de la Fe (sin Ratzinger todavía), se explica que, durante un amplio examen de la situación, se había hallado una gran divergencia en las opiniones, según los países. La Sede Apostólica no creía oportuno, consecuentemente, elaborar una modificación de la

legislación vigente hasta que se promulgara el nuevo Código de Derecho Canónico. Se advertía, sin embargo, en la carta, que existían casos particulares, pero que continuaba la misma pena para aquellos católicos que diesen su nombre a asociaciones que realmente maquinasen contra la Iglesia. Mientras que para los clérigos, religiosos y miembros de institutos seculares la prohibición seguía siendo expresa para su afiliación a cualquiera de las asociaciones masónicas. La novedad en esta carta residía en la admisión, por parte de la Iglesia católica, de que podían existir asociaciones masónicas que no conspiraban en ningún sentido contra la Iglesia católica ni contra la fe de sus miembros.

Las dudas no tardaron en plantearse: ¿cuál era el criterio para verificar si una asociación masónica conspiraba o no contra la Iglesia?; y ¿qué sentido y extensión debía darse a la expresión conspirar contra la Iglesia?, y finalmente tenemos la…………

Cuarta Etapa: (o ETAPA DE DEBATE): Desde 1981 hasta nuestros días. De particular importancia son el Código de Derecho Canónico de 1983 y la "Declaración sobre la masonería" publicada por la Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Inquisición) con Ratzinger a la cabeza, en el mismo año. Actualmente, el Código de Derecho Canónico promulgado por el Papa Juan Pablo II el 25 de enero de 1983, en su canon 1374, señala:

"Quien se inscribe en una asociación que maquina contra la Iglesia debe ser castigado con una pena justa; quien promueve o dirige esa asociación ha de ser castigado con entredicho".

Esta nueva redacción, sin embargo, en su texto frío pareciera suponer dos novedades respecto al Código de 1917 y a las bulas anteriores:

1-queda bien claro que la pena de excomunión no es automática y

2-no se menciona expresamente a la masonería como asociación que conspire contra la Iglesia.

Sin embargo contrariando las primeras interpretaciones, un día antes de que entrara en vigor la nueva ley eclesiástica del año 1983, fue publicada una declaración firmada por el Cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (léase inquisidor). En ella se señala que el criterio de la Iglesia no ha variado en absoluto con respecto a las anteriores declaraciones, y la nominación expresa de la masonería se había omitido por incluirla junto a otras asociaciones. Se indica, además, que los principios de la masonería siguen siendo incompatibles con la doctrina de la Iglesia, y que los fieles que pertenezcan a asociaciones masónicas no pueden acceder a la Sagrada Comunión.

En este sentido, la Iglesia ha condenado siempre la masonería. En el siglo XVIII los Papas lo hicieron con mucha más fuerza, y en el XIX lo hicieron

de forma mas débil. En el Código de Derecho Canónico de 1917 se excomulgaba a los católicos que dieran su nombre a la masonería, y en el

de 1983 el canon de la excomunión desaparece, junto con la mención explícita de la masonería, lo que ha podido crear en algunos la opinión de que la Iglesia en la actualidad aprueba o tolera la masonería.

Sin embargo autores pro católicos y antimasónicos como Federico R. Aznar Gil, en su ensayo “La pertenencia de los católicos a las agrupaciones masónicas según la legislación canónica actual (1995)- se han empeñado tenazmente en tratar de interpretar el canon 1374 lo mas restrictivamente posible , argumentando en sus considerandos idénticos fundamentos que los explayados por el cardenal Ratzinger

Por ultimo quiero agregar a este trabajo mi interpretación personal, sobre la posición actual de la iglesia frente a la masonería, y quiero decir que, no obstante haber estudiado leyes en una universidad laica, y por lo tanto no haber tenido la materia de derecho canónico en mi plan de estudios, considero que me encuentro habilitado a sostener mi posición con sólidos fundamentos, ya que en su raíz el derecho canónico no es otra cosa mas que un desprendimiento del derecho romano, padre de todos los sistemas jurídicos de la Europa continental y de Latinoamérica; por lo tanto considero que al día de hoy y dada la legislación canónica vigente, no existe pena de excomunión automática para los católicos masones, la excomunión estaría reservada solo para aquellos casos, en los cuales el Vaticano resuelva de acuerdo a un debido proceso que en la práctica sería de características tan complejas, que resultaría imposible llevarse cabo. No obstante no dejo de reconocer que ha habido en gran “retroceso” en la relación “masonería” “iglesia” , desde la ascensión del cardenal Joseph Ratzinger (padrino espiritual del Opus Dei en el Vaticano y ferviente antimason), como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Inquisición) en noviembre de 1981.

ES TODO VENERABLE MAESTRO

Firmado:

Castelli hno. Aprendiz

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